El día de hoy comenzó del mismo modo en que está terminando, de forma espectacular.
Tempranero como el que más, entré en un barcito muy elegante bautizado Aderezo 37, justamente en ese número de la calle Marqués de Urquijo. Café con leche más un croissant fue el menú. Luego, emprendí el recorrido hacia el centro de Madrid. Unas buenas cuadras me separaban de mi primer destino matutino.
El tránsito se fue incrementando a medida que las horas de la mañana avanzaban, y promediando el mediodía la sonatina desafinada de bocinazos no se hizo esperar. Que placer no tener que manejar por allí.
La Gran Vía de camino a la Plaza Independencia.
Rotonda del Prado, vista desde la calle Alcalá.
Como las palabras están de más a la hora de explicar el recorrido por la Plaza Independencia, en la llamada zona del Retiro, con sus bosques y su lago artificial, los lleno de fotos.
Los jardines decoran la entrada de la Plaza.
Fotos en mejor definición:
Arriba, el Rey Alfonso XII en su caballo.
Abajo, los leones que cuidan de él.
Vistas del lago.
Un paseo conocido en un sitio inexplorado...
De una belleza suprema, el sitio boscoso y poblado de diferentes especies de plantas y árboles le da un respiro al cargado aire de la ciudad, de ahí el nombre de la zona...del Retiro; puesto que no solo se acercan los turistas, sino que también los madrileños vienen a "retirarse" del ruido y el tránsito propio de toda metrópolis.
Nota de color: Hubiese estado genial tener termo y mate, a pesar del calor.