Una nueva ciudad por recorrer, aunque antes, hay que acomodarse. El Hostal Sans, como se lo conoce aquí es un sitio muy agradable. Su gran ventaja es la cercana ubicación a la estación de trenes de alta velocidad Barcelona Sants; esta última no sólo une Barcelona con otras ciudades españolas como Madrid, Zaragoza o Tarragona, también tiende una rápida conexión con otros países, por ejemplo con Francia.
Pero volvamos al Hostal, les decía que por su buena ubicación uno puede caminar con sus equipajes -apenas seis cuadras muy tranquilas y pintorescas- y llegar desde la estación a la residencia.
Una recomendación, si al llegar a la recepción encuentran dos administradores conversando -o discutiendo, no lo sé muy bien- en catalán, bueno...a no decir ni buenas tardes, nos resta esperar a que terminen su cháchara y que alguno de ellos inicie las cordialidades.
El ingreso resulta satisfactorio, pedido de documentos, una firma y listo, llaves, ascensor, pasillo y habitación.
El cuarto, aunque humilde en su concepción, tiene todo lo esperado, lo más importante; aire acondicionado para soportar la oleada de calor español que sigue marcando picos de entre 34 a 38 grados.
Con pertenencias acomodadas, a abrir la ventana y encuentro un lindo balcón:
Desde el séptimo piso se aprecia una hermosa vista del Barrio de Sants.
Primera caminata por la hermosa ciudad.
Y es apenas un adelanto, porque les aviso que estoy preparado para recorrer mucho más.
¡Hasta pronto!
(Según estudios recientes las selfies pueden devenir en un trastorno patológico -Oxford University-, por favor sea prudente, el uso abusivo de selfies es perjudicial para la salud, ¡este sujeto no sabe lo que hace!).