viernes, 18 de julio de 2014

Port de Barcelona.

Tanto caminar rindió sus frutos, al fin el Mar Mediterráneo se hace presente, custodiado por el intenso sol del verano español. Una ciudad con mar es una ciudad viva.

Pocas palabras y muchas fotos:







El punto de amarre se llama Las Golondrinas, ¿adivinan por qué?


(Un japonés metió la pata y me arruinó la foto, estos japoneses están por todos lados).




Mira la pajarita, mira la pajarita, mira la pajarita...


La Rambla se convierte en El Puente.






Vistas desde El Puente que cruza sobre un canal del Mediterráneo.



El niño que boya.




Afortunados -literalmente hablando- los que poseen uno de estos.


La Torre del Reloj Jaume I.


Allí arriba, el teleférico catalán. 





¡Hasta la próxima!
(Cuidado con las selfies... yo se los advertí)

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