Último post desde esta hermosa ciudad. Como frutilla del postre, les dejo el recorrido que he realizado por el esplendoroso Barrio Gótico, tal vez uno de los lugares que más me sorprendió. No es difícil llegar hasta él, sin embargo hay que tener la precaución de no perderse por sus pequeños pasajes laberínticos. A la vuelta de cada esquina existe un rincón con el cual deleitarse.
Desviándose de La Rambla, uno puede tomar la Carrer de La Boqueria o la Avenida de la Catedral, para enfrentarse a calles angostas que desembocan en plazoletas donde descansan construcciones como...
La Iglesia Santa María del Pi.
El rosetón distintivo de la arquitectura gótica.
Calle abajo -o arriba, ya no lo recuerdo bien- di con edificaciones romanas que siguen en pie. Se trata de las murallas que el emperador de turno construyera para proteger las reliquias de la ciudad en tiempos en los que La Catalunya pertenecía al territorio de Roma.
Y ahora nos vamos directo al Barrio Gótico (eso sí, de Batman ni la capa...¡cuak!).
Las gárgolas adornan la mayoría de los edificios del barrio, dándole esa mixtura de la era gótica, entre el cristianismo y lo pagano.
Llegamos a la Catedral Gótica de Barcelona.
(Tuve que cruzar la enorme peatonal para que la toma sea los más prudente posible).
Estas desde el interior de la Catedral:
Y estas otras dentro del Claustro:
Míralo tú a ese... ¡que ganso!
Cerrando así el recorrido, solo me resta despedirme de Barcelona, y lo hago con una canción de su poeta predilecto, ya que hoy me sorprendió una de sus letras y melodías al toparme con aquellos artistas callejeros a los que él se las escribiera.
De aldea en aldea / el viento lo lleva / siguiendo el sendero/
Su patria es el mundo/ como un vagabundo/ va el titiritero.
Viene de muy lejos/ cruzando los viejos/ caminos de piedra/
Es de aquella raza/ que de plaza en plaza/
Nos canta su pena.
¡Allez hop!
Su patria es el mundo/ como un vagabundo/ va el titiritero.
Viene de muy lejos/ cruzando los viejos/ caminos de piedra/
Es de aquella raza/ que de plaza en plaza/
Nos canta su pena.
¡Allez hop!
¡Titiritero, allez hop!
de feria en feria.
Siempre risueño,
canta sus sueños
y sus miserias.
J. M. Serrat
Hasta la próxima.