domingo, 20 de julio de 2014

El Barrio Gótico. Barcelona.

Último post desde esta hermosa ciudad. Como frutilla del postre, les dejo el recorrido que he realizado por el esplendoroso Barrio Gótico, tal vez uno de los lugares que más me sorprendió. No es difícil llegar hasta él, sin embargo hay que tener la precaución de no perderse por sus pequeños pasajes laberínticos. A la vuelta de cada esquina existe un rincón con el cual deleitarse.


 Desviándose de La Rambla, uno puede tomar la Carrer de La Boqueria o la Avenida de la Catedral, para enfrentarse a calles angostas que desembocan en plazoletas donde descansan construcciones como...


La Iglesia Santa María del Pi.


El rosetón distintivo de la arquitectura gótica.


Calle abajo -o arriba, ya no lo recuerdo bien- di con edificaciones romanas que siguen en pie. Se trata de las murallas que el emperador de turno construyera para proteger las reliquias de la ciudad en tiempos en los que La Catalunya pertenecía al territorio de Roma.










Y ahora nos vamos directo al Barrio Gótico (eso sí, de Batman ni la capa...¡cuak!).









Las gárgolas adornan la mayoría de los edificios del barrio, dándole esa mixtura de la era gótica, entre el cristianismo y lo pagano.




Llegamos a la Catedral Gótica de Barcelona.

(Tuve que cruzar la enorme peatonal para que la toma sea los más prudente posible).


Estas desde el interior de la Catedral:






Y estas otras dentro del Claustro:







Míralo tú a ese... ¡que ganso!











Cerrando así el recorrido, solo me resta despedirme de Barcelona, y lo hago con una canción de su poeta predilecto, ya que hoy me sorprendió una de sus letras y melodías al toparme con aquellos artistas callejeros a los que él se las escribiera. 


De aldea en aldea / el viento lo lleva / siguiendo el sendero/
Su patria es el mundo/ como un vagabundo/ va el titiritero.

Viene de muy lejos/ cruzando los viejos/ caminos de piedra/
Es de aquella raza/ que de plaza en plaza/
Nos canta su pena.

¡Allez hop!


¡Titiritero, allez hop!
de feria en feria.
Siempre risueño,
canta sus sueños
y sus miserias.

J. M. Serrat


Hasta la próxima.



Gaudí y Miró en Barcelona.

Una tarde me dispuse ir a visitar el famosísimo Park Guell, el fallido proyecto de Antoni Gaudí. Se dice fallido porque nunca se llegó a estrenar. La finalidad del dueño de las tierras, Eusebi Guell,  era crear allí sobre las colinas un inmenso barrio cerrado (un country de otros tiempos). Para ello Guell contrató a Gaudi y con ello a su obsesionante idea de no utilizar líneas rectas en sus construcciones.


Por la calle que conduce al Parque se encuentra también esta bella parroquia.




Entrando al Park Guell.






El toque distintivo de Gaudí en sus columnas.



Lamentablemente me encontré con tres imprevistos que me hicieron desistir del ingreso a las zonas arquitectónicas más bellas del lugar. 1) El calor del mediodía (mala hora para visitar el Parque durante el verano catalán), los pocos espacios a la sombra estaban tomados por japoneses, que sacaban fotos desde la codiciada fresca. 2) El precio de acceso me resultó un poco absurdo. 3) Las inmensas filas: de una a dos horas para ingresar a cada sitio, y son muchos espacios diferentes dentro del parque, por lo cual...será para otra vez, una lástima. 

Algunas más que tomé desde la "free zone": 







En la altura del Guell, se toma vista de la ciudad.


Saliendo del parque, hice ruta por los pasajes y calles del Barrio Gracia.





Oh sorpresa, algún antepasado mereció que esta calle llevase su apellido... ¡algo habrá hecho!





Ahora bien, en inmediaciones de la Plaza Espanya -bastante lejos del Barrio Gracia- se encuentra el Parc de Miró. Es un sitio amplio, para sentarse en un banco a descansar luego de tanto caminar, y apreciar la particular escultura de Joan Miró. 







 Ascendiendo por la rampa...



Llegamos a la inmensa escultura realizada por Joan Miró.