domingo, 27 de julio de 2014

Le Marais y La Bastilla en París.

Un paseo a pie por el barrio Le Marais es un lindo plan para una tardecita con buen clima. Se pueden recorrer algunos sitios al aire libre y pasar de zonas transitadas a parques sumamente calmos, retirarse en un espacio verde y por qué no, comprarse un sanguchito de esos que saben hacer los franceses -con el pan homónimo- disfrutando escópicamente de los alrededores.  


El Hotel de Ville, punto de referencia y neurálgico de Le Marais. 
Mucha gente -en especial japoneses- así que fui por las zonas más tranquilas del barrio.


Nota aburrida o interesante, a según de quien: Este barrio comenzó a crecer en París a mediados del siglo XIII, cuando las aguas del Sena iniciaron una baja. Antes de ello el lugar era inhabitable, puesto que el río formaba en dicha zona enormes pantanos, y de allí el nombre que hoy le ha quedado, Le Marais significa el pantano. A finales del mismo siglo, varios aristócratas aprovecharon las tierras y la zona empezó a poblarse. Más tarde llegaría la instalación de numerosos conventos en los siglos venideros, y mucho más tarde la llegada de escritores como Victor Hugo o artistas más contemporáneos tal es el caso de Pablo Picasso.


Si tenés calor, pasás por el regador público. 


Siguiendo con el recorrido por el barrio, me adentré en uno de sus bellos parques.






La Torre de Saint-Jacques, un recuerdo histórico en el lugar.




Continúo y...


En la vida hay que elegir, pues claro, vamos a lo de Pablo.



La puerta de entrada al Museo Picasso. Aquí se instaló el gran artista durante su estadía en París. Fue su sitio de trabajo, taller de pintura y residencia. Pero ¿qué dice ese cartelito pegado en la puerta?


Nooooooooooo...
Bueno, calentito los panchos a seguir recorriendo.




Al menos les dejo la foto de la Plaza Thorigny, en la cual -dicen los locales- pasaba las tardes Picasso. Es apenas una esquina con algunos barcitos. Por las noches se iba de copas a Montparnasse, claro está.



En las inmediaciones del lugar en el que vivió el amigo Victor Hugo, llegué a otro parque donde hice una pausa para almorzar, sentado en uno de sus bancos, a la sombra de los árboles.


¿Vieron la fecha?




Luis XIII, bueno no es él, es una estatua en su memoria...




Saliendo del parque enfilé para la Bastilla.




Se puede decir que en la actualidad no es significativa la Plaza de la Bastilla en relación a lo que uno se encuentra allí, apenas algunos cafés y dos o tres teatros, sumado al edificio de la Ópera -que está fuera de temporada-. Pero la plaza tiene historia, la cual no me pondré a narrar en este momento. Tan sólo agrego que es un sitio que fue inaugurado y pensado como Plaza del Pueblo, y de vez en cuando en París sigue siendo un lugar que convoca a manifestaciones como así también a actos públicos.




El espíritu dorado de la libertad se apoya sobre la Columna de Julio.



El monumento (que fue inspirado en la Columna de Trajano de Roma) recuerda a quienes murieron en la Revolución de Julio de 1830. Cada 14 de julio en París se conmemoran los hechos acaecidos durante ese evento histórico. En la bóveda de la Columna de la Bastilla descansan los restos de víctimas de las revoluciones de 1830 y 1848.


Por mí lado, a paso veloz tomé caminos que me condujeron a otros lares.