Finalizando el recorrido por La Rambla, llegando al Puerto de Barcelona, se aprecia el monumento que España elevó a Cristóbal Colón.
El genovés Cristóbal Colón (1451-1506), ávido navegante, residía en España cuando recibió la noticia que cambiaría su vida y la del resto de la humanidad. Durante el enero de 1492 los reyes Católicos, Fernando e Isabel, le darían una audiencia en la que le permitirían exponer su ambiciosa empresa, encontrar una nueva ruta oceánica que conectase el reino de España con India y Catay (China), navegando en dirección Oeste. Quizás dejándose llevar por el fervor de la toma de Granada (el último bastión Moro del país), los reyes financiaron la expedición. Colón partió con sus tres naves desde España, arribando a las que hoy conocemos como Islas del Caribe y a Cuba. Sin embargo, hasta el día de su muerte, el genovés se negó a creer en que su ruta había dado en descubrir un nuevo continente.
Desde La Rambla, a Colón se lo ve de espaldas...
...porque de frente señala -para siempre- el Mar Mediterráneo.
Se terminó La Rambla catalana, y ahora estamos en el Puerto.
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