Desde la Plaza Catalunya hasta el Puerto de Barcelona se extiende la hiper concurrida calle de La Rambla. Es sin dudas el paseo peatonal más visitado de la ciudad. Uno puede caminar por allí de un extremo al otro y al mismo tiempo desviarse con dirección lateral, izquierda o derecha, para seguir descubriendo edificios, catedrales, museos, mercados, bares y un sin fin de ferias y puestos que venden los más diversos productos.
Caminando por La Rambla.
El antiquísimo bar Viena.
Viejos discos y grandes colecciones (todo ello muy caro) en la casa Beethoven.
Desviándome de La Rambla, hacia la derecha -sentido al mar- llegué a una hermosa construcción:
Església de Sant Pau del Camp.
Se puede recorrer por dentro, pero sólo al término de la misa de las 12hs.
(Eran las 12.05hs, así que decidí retomar el camino por La Rambla.)
Así las cosas, imperturbable en mi marcha, entre turistas y comerciantes, no pude hacer otra cosa que detenerme apenas doy con la esquina en la que se encuentra el...
Palau de la Virreina.
Luego de tanta arquitectura, hice una pausa y llegué a mi próxima estación, pero ese es otro capítulo.
(O sea, hay que ver el posteo siguiente a este...¿entendés de lo que te hablo?)
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