Tras el traslado aportado por una agencia checa, arribé al aeropuerto. Si, si, esta vez... no voy en tren. voy en avión.
Espera en el aeropuerto, check in, embarque...
... y a subir.
Es una nube, no hay dudas.
Dos horas cuarenta minutos de vuelo me condujeron, una vez más, a la capital de España. El mismo día de mi llegada salí a las calles para almorzar y continuar con la costumbre de tomar fotos. Madrid es inagotable, y los últimos posteos del viaje lo demostrarán.
Adelantos:
Palacio Real.
Plaza de Oriente
Museo del Prado.
Puerta de Alcalá.
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